Las drogas del tercer Reich
La guerra relámpago llevada a cabo por el tercer Reich estuvo estrechamente unida al consumo de metanfetaminas por parte de numerosos combatientes alemanes.
Que los soldados recurran a estimulantes no es nada excepcional. Pero la Segunda Guerra mundial marcó un punto de inflexión en su uso con fines militares, cuando la Wehrmacht (como se llamaban entonces las fuerzas armadas alemanas) recurrió de forma masiva a la metanfetamina.
Aunque hoy se considera una droga muy adictiva, en aquella época este psicoestimulante era valorado de forma muy positiva, y,de hecho, en los países occidentales se pudo adquirir hasta los años cincuenta. Su uso se había extendido en Alemania desde que el Doctor Fritz Hauschild, director químico de los laboratorios Temmler, patentó en 1937 una metanfetamina con el nombre comercial de Pervitin. La Pervitina generaba euforia y permitia a quien la tomaba mantenerse despierto durante largas jornadas laborales. Se recomendaba para usos muy diversos: para estados depresivos (generaba una "renovada alegría de vivir en personas resignadas"), insuficiencia circulatoria o frigidez femenina, para rendir más en el trabajo e incluso para neutralizarlos síntomas que generaba la abstinencia del alcohol, la cocaína o los opiáceos.
En 1938 el Instituto de Fisiología General y de Defensa alemán realizó unos ensayos que la revelaron como "un medicamento excelente para animar de golpe a la tropa fatigada" y, por ende, como "una sustancia militarmente valiosa".
Guerra relámpago.
La Wehrmacht no facilitaba pervitina a sus unidades, de modo que los soldados y oficiales la adquirían por su cuenta, en septiembre de 1939, la invasión de Polonia, demostró el enorme potencial de la metanfetamina: las tripulaciones de carros de combate marchaban a toda velocidad hacia sus objetivos, sin necesidad de dormir durante días, y los motoristas podían afrontar viajes diarios de cientos de kilómetros en condiciones nefastas sin que les venciera el cansancio.
En Abril de 1940, la pervitina pasara a formar parte del equipo sanitario del Reich Así lo establecía un decreto donde se afirmaba que la campaña de Polonia había demostrado que "la superación del cansancio de una tropa sometida a grades esfuerzos puede influir de manera decisiva en el éxito militar". Y la Wehrmacht encargó 35 millones de pastillas.
La pervitina tuvo un papel fundamental en la blitzkrieng o guerra relámpago, el impactante avance de las columnas acorazadas alemanas con apoyo de la aviación. Los blindados que invadieron Francia en Mayo de 1941 tardaran sólo diez días en alcanzar su costa atlántica, embolsando a tropas británicas y francesas en Dunkerque. Los franceses fueron sobrepasados por unos blindados cuyos conductores, que tomaban entre dos y cinco pastillas de pervitina diarias. Cuando, el 15 de MAyo, el ministro de la Guerra Édouard Daladier, oyó que el general Gamelin le decía que los blindados alemanes estaban a 150 kilómetros de París, se negó a creerlo: "¡Es imposible!" gritó.
