sábado, 9 de mayo de 2020

INVENTOS QUE CAMBIARAN EL MUNDO

El nuevo y revolucionario motor de Plasma, el futuro de la aviación sostenible.

No es una buena época para los combustibles fósiles, las reservas se están acumulando y el precio en los mercados internacionales ha alcanzado mínimos históricos, pero el bloqueo mundial no será eterno y la única amenaza real para estas fuentes de energía podría ser la tecnología y las nuevas soluciones, como el motor de plasma que sólo usa aire y electricidad.

Un revolucionario prototipo, hecho por un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias Tecnológicas de la Universidad de Wuhan, capaz de generar propulsión a chorro usando las microondas de aire del plasma.

Lograron su objetivo comprimiendo el aire a alta presión y utilizando un generador de microondas para ionizar el flujo de aire presurizado, obteniendo así la propulsión necesaria y hasta ahora sólo posible gracias a los combustibles fósiles contaminantes. En resumen, la “gasolina” es sólo un plasma de alta presión hecho de aire y electricidad.



El Plasma – recordamos – es un gas ionizado con carga eléctrica cero y considerado como el cuarto estado de la materia, en el universo es muy común y en este estado hay estrellas y nebulosas.

Demostración esquemática de la propulsión a diferentes potencias, como es obvio que necesitará mucha energía eléctrica.




No es la primera vez que se intenta hacer propulsores de chorro a través de plasma, en el pasado la NASA también ha intentado usar las propiedades del xenón pero nunca ha logrado obtener la energía necesaria que serviría en el mundo del transporte aéreo. En cambio, parece haber tenido éxito para el equipo del Profesor Jau Tang, como también se demostró en el pequeño experimento en el que el plasma de chorro logró elevar una esfera de acero de 1 kg por encima de un tubo de cuarzo de 24 mm de diámetro.

El aire a alta presión pasa a través de una cámara de ionización de microondas y se convierte en un chorro de plasma, obteniendo así la propulsión necesaria. Basta entonces con aumentar la escala en las proporciones para obtener lo que necesitamos, es decir, un empuje comparable al de un motor de avión convencional.


"Lo que nos impulsa en nuestro trabajo es saber que podemos contribuir a resolver los problemas del calentamiento global debido al uso por parte de los humanos de motores de combustión para impulsar vehículos como automóviles y aviones. Aquí no hay necesidad de combustibles fósiles, y por lo tanto no hay emisiones de CO2 que causen el efecto invernadero y el calentamiento global."

    -Profesor Tang.


Los investigadores trabajarán ahora para mejorar aún más la eficiencia de estos procesos y construir una gama de estos propulsores con fuentes de microondas de alta presión, a fin de recrear un prototipo de gran tamaño y potencia, como para imaginarlo en alguna aeronave futurista. ¿Está Tang convencido de que sus investigaciones demuestran que el plasma es una alternativa creíble a los combustibles fósiles, que es la forma correcta de abandonar el queroseno?

La investigación ha sido publicada en la revista científica AIP.

revista científica AIP.----------Link: https://aip.scitation.org/doi/full/10.1063/5.0005814 




domingo, 3 de mayo de 2020

NACIMIENTO DEL SEMÁFORO

NACIMIENTO DEL SEMÁFORO ELÉCTRICO


A principios del siglo XX, las calles de las principales ciudades norteamericanas estaban atestadas
de peatones, bicicletas, vehículos tirados por caballos, tranvías eléctricos y los primeros automóviles de gasolina. La producción en cadena del Modelo T, hizo del automóvil un artículo de masas y con ello el tráfico urbano se convirtió en un problema. Los accidentes y los atropellos resultaban frecuentes, y se hizo evidente la necesidad de un sistema de regulación del tráfico, sobre todo en los cruces, fue así como surgió, el primer semáforo eléctrico.



Conductores Rebeldes.

En 1912, Lester Wire, un policía de Salt Lake City. creó el primer prototipo de semáforo eléctrico: una caja de madera montada sobre un poste, una luz roja y una luz verde en cada uno de sus lados.
El semáforo, que tenía un zumbador para advertir del cambio de estado, era operado manualmente por un agente de tráfico desde una cabina. El invento de Lester Wire fue percibido en su tiempo con cierta burla y rechazo; nadie quería detenerse ante la "pajarera parpadeante"  y a veces aparecía tirado por el suelo o destrozado.

El primero que creó un sistema de señalización exitoso fue un ingeniero de Cleveland, James Hoge. Cleveland era una ciudad industrial con más de 600.000 habitantes, la sexta ciudad más poblada del país, y había sido puntera en el desarrollo de la electricidad. Para regular un tráfico rodado cada vez más intenso y caótico, el 5 de agosto de 1914 se colocó el primer semáforo de Hoge en una intersección de la ciudad, suspendido a unos cuatro metros de altura, por debajo de los cables del tranvía. Un agente de policía , situado en una cabina desde la que tenía una perspectiva completa del tráfico, accionaba las luces roja y verde del semáforo -que iluminaban las palabras stop y move- según conviniera en cada momento. Alfred A. Benesch, director de la Seguridad Pública de Cleveland, declaraban en septiembre de 1915 su satisfacción con este invento: "Un año de experiencia con este sistema, que fue instalado con el propósito de dirigir únicamente el tráfico rodado, me ha convencido de que el público está satisfecho con su funcionamiento, ya que proporciona mayor seguridad, agiliza el tráfico y sobre todo controla los movimientos de los peatones que cruzan las calles". Hoge había solicitado la patente para su invento en 1913, la obtuvo en 1918.
En 1917 se erigió en Detroit la primera "torre de tráfico", una estructura elevada con una cabina desde la que un policía accionaba las luces del semáforo. La estampa de estas grandes torres se haría habitual en muchas grandes ciudades de Estados Unidos y Europa en los años siguientes. También en Detroit se introdujo en 1920 el primer semáforo tricolor (rojo, verde, ámbar), creado por el agente de policía William Potts. En España la primera "farola de señales luminosas" se instaló en 1926 en Madrid, en el cruce de la Gran Vía y la calle Alcalá.